Rusia verá perjudicada su reputación de potencia espacial, si pierde la sonda interplanetaria Fobos-Grunt, la primera creada en los últimos años, escribe hoy el diario Moskovskie Novosti.
Los expertos tratan de esclarecer actualmente por qué el motor sustentador de la sonda, lanzada desde el cosmódromo de Baikonur en la noche del 8 de noviembre, no se puso en marcha tras la separación del cohete propulsor. Como consecuencia, el aparato se quedó orbitando la Tierra en vez de dirigirse hacia Fobos, una de las dos lunas marcianas.
Ya se trate de un error enmendable en un programa informático, o de un fallo más grave que impediría a Fobos-Grunt cumplir su misión, lo ocurrido supone un nuevo golpe contra el prestigio de la industria espacial de Rusia, señala el periódico.
Una fuente del sector dijo a RIA Novosti que los técnicos no pudieron anoche comunicarse con la sonda.
“A falta de datos de telemetría, podemos suponer cualquier cosa, en particular, que el aparato no está orientado al Sol”, señaló el experto. ”Si realmente ha ocurrido eso, sus baterías se han descargado, lo que el significa el final”, agregó. Lo peor es que falta la señal, aunque los técnicos no cejarán en sus intentos de comunicarse con la sonda y “reanimarla durante algún tiempo hasta el final de su existencia balística”.
El director de la agencia espacial rusa, Vladímir Popovkin, admitió que hay tres días para aclarar la situación e introducir correctivos en el programa de control, si el problema efectivamente consiste en ello. El próximo sábado, Fobos-Grunt podría quedarse sin energía eléctrica: sus acumuladores de a bordo se habrán descargado y las baterías solares no se abren sino después del segundo encendido del motor sustentador, que ha fallado.
La agencia espacial europea, ESA, pondrá esta tarde en marcha sus estaciones de seguimiento en Kourou (Guayana Francesa) y en Australia para ayudar a sus colegas de Rusia a obtener los datos telemétricos desde Fobos-Grunt. René Pichel, jefe de la oficina de ESA en Moscú, precisó que sólo habrá entre seis y nueve minutos para hacerlo porque la sonda se encuentra en una órbita muy baja, y no se sabe cuándo volverá a estar disponible para comunicación. Equipos científicos europeos representan una parte considerable de la carga útil a bordo de Fobos-Grunt.
Al menos dos sondas marcianas se perdieron en el pasado por falta de orientación y varias más fueron víctimas de errores en programas informáticos. La sonda rusa Mars-96 no pudo enfilar hacia Marte por razones desconocidas y se desintegró en las capas densas de la atmósfera pocas horas después de su lanzamiento, en noviembre de 1996.
El analista Vadim Lukashévich opina que la industria espacial rusa atraviesa por “una crisis sistémica” y debería “bajarse los humos de vuelos interplanetarios”. “La mera colocación de un aparato en la trayectoria de vuelo es para nosotros todo un triunfo”, escribió él en un portal de noticias de astronáutica.
La sonda Fobos-Grunt, que debía recoger muestras del suelo en una de las dos lunas marcianas, iba a ser lanzada en 2009 pero el lanzamiento se aplazó hasta noviembre de 2011 para ensayos adicionales. El coste del proyecto Fobos-Grunt se estima en torno a 5.000 millones de rublos, o más de US$163,5 millones al cambio actual. La sonda en sí cuesta 1.200 millones de rublos.
