Algunas moléculas que se encuentran en los estupefacientes interfieren en el trabajo de las neuronas de control y causan adicciones a las drogas y el alcohol, según un artículo publicado en la revista Nature.
De acuerdo a un grupo de científicos de la Universidad de Harvard, esas moléculas estorban el trabajo de las neuronas encargadas de comparar los niveles de la satisfacción esperada y recibida.
La mencionada disfunción lleva al cerebro a recibir mayores cantidades de la hormona de la felicidad, lo que provoca adicciones.
Asimismo, las neuronas de control remiten la información sobre los niveles de la satisfacción recibida al cerebro, los fallos en su funcionamiento obligan al individuo en cuestión a tomar mayores dosis de alcohol o drogas, y finalmente adquirir una adicción.
Los expertos confían que su hallazgo ayudará a elaborar nuevos métodos de lucha contra adicciones nocivas.