El presidente letón, Valdis Zatlers, minimizó los desfiles de antiguos legionario del grupo letón Waffen SS cada 16 de marzo en Riga, a pesar de la prohibición de organizaciones y símbolos nazis en el país.
“Letonia es un estado de derecho y cada de sus ciudadanos tiene derecho a reuniones pacíficas. Se exagera el peligro a los desfiles del 6 de marzo. Si las autoridades hubieran notado manifestaciones de la ideología nacionalista en el desfile, habría reaccionado inmediatamente”, dijo el mandatario letón.
En una entrevista al diario ruso Kommersant, Zatlers se mostró convencido de que “cada 16 de marzo, según tradición, veteranos juntos van al cementerio para depositar flores a las tumbas de los fallecidos, y la verdad es que de este hecho abusan grupos radicales”.
El presidente letón arribó a Rusia en la primera visita oficial desde 1991 cuando la república báltica adquirió la independencia.
Las relaciones entre los dos países se ensombrecen por los intentos del gobierno letón de reivindicar a los militares letones que apoyaron durante la Segunda Guerra Mundial a los nazis y formaron parte en las tropas SS.
De hecho, la legislación letona concede privilegios sociales a los legionarios de Waffen SS y “guerrilleros nacionales”, al mismo tiempo, los niega a los veteranos que participaron en la Segunda Guerra Mundial en las tropas soviéticas, así como a los antiguos presos de los campos de concentración fascistas.
Ayer, la Asamblea General de la ONU aprobó una resolución que condena el intento de reivindicar el nazismo y glorificar a los miembros de las tropas fascistas “Waffen SS”, así como la profanación de monumentos antifascistas.
La resolución fue votada por la amplia mayoría de estados miembros de la ONU.
