Brasil respondió esta semana a las críticas del presidente de la FIFA, Joseph Blatter, quien cuestionó su capacidad de concluir a tiempo los preparativos para la Copa Confederaciones de 2013 y el Mundial de Fútbol 2014.
El ministro de Deporte brasileño, Orlando Silva, afirmó que el Gobierno entiende la urgencia del asunto y se preocupa más que nadie por los preparativos para el Mundial de 2014.
La víspera, Blatter dijo que el Mundial “es prácticamente mañana” mientras que “los brasileños creen que es pasado mañana”. “Deberían dar un poco más de prisa a la organización”, agregó.
Por su parte, Orlando Silva atribuyó esas declaraciones a “un proceso electoral en curso en la FIFA”. “Más que un análisis crítico de la labor que se está realizado es un intento de desviar el foco de otros temas que involucran a la FIFA”, dijo el ministro al intervenir el pasado día 28 ante el Congreso en Brasilia.
Calificó de “inapropiadas” las comparaciones de Brasil con dos sedes anteriores del Mundial, Sudáfrica y Alemania, porque los tres países poseen infraestructuras totalmente diferentes.
El Mundial de 2014 se va a desarrollar en 12 ciudades brasileñas: Belo Horizonte, Brasilia, Cuiabá, Curitiba, Fortaleza, Natal, Sao Paulo, Salvador, Río de Janeiro, Recife, Porto Alegre y Manaos.
Brasil fue sede del Mundial de 1950, avanzó hacia el final pero perdió el partido decisivo ante Uruguay. Aquella derrota fue uno de los episodios más lúgubres en la historia del fútbol brasileño y vulneró el orgullo de “la nación más futbolística” que ostenta el título de pentacampeón del mundo.
