Las mujeres toman la palabra: Alguna vez seremos los rusos, un poco más ordenados?

© Foto : Mikhail Kharlamov/Marie Claire RussiaSvetlana Kolchik
Svetlana Kolchik - Sputnik Mundo
Síguenos en
Durante mi reciente viaje a Asia, observé una escena peculiar en el metro recién construido de Bangkok. Era hora pique, el metro estaba lleno, no obstante, los residentes locales esperaban la llegada del tren formando filas rectas. Esperaban tranquilos uno por uno, para que hubiera espacio para los pasajeros que saldrían del tren.

Durante mi reciente viaje a Asia, observé una escena peculiar en el metro recién construido de Bangkok. Era hora pique, el metro estaba lleno, no obstante, los residentes locales esperaban la llegada del tren formando filas rectas. Esperaban tranquilos uno por uno, para que hubiera espacio para los pasajeros que saldrían del tren. En seguida me acordé del metro de Moscú en hora punta, donde siempre funciona la teoría de Darwin sobre “la supervivencia del más fuerte”, y uno tiene que utilizar sus hábitos de lucha, verbales y físicos.

Volví a acordarme de los asiáticos disciplinados cuando subí al avión de Hong Kong a Moscú. El embarque terminó, el avión estaba a punto de despegar, pero un grupo de jóvenes rusos, bronceados, robustos y notablemente borrachos, quienes parecían regresar a casa tras un descanso del Año Nuevo, no podían calmarse. Daban vueltas y vueltas y siempre se levantaban para sacar algo de sus bolsas, para charlar o pasar algo a su vecino, para pedir una bebida. Un rato después las diminutas azafatas Cathay Pacific, visiblemente estupefactas, revoloteaban entre los pasajeros emocionados como abejas enloquecidas, tratando de hacerles sentarse para que el avión pudiera despegar.

Y por qué los rusos somos tan reacios al orden. No quiero hablar de la corrupción ahora, es un asunto demasiado voluminoso para abordarlo en esta columna. Estoy hablando de nuestra manera de seguir, o mejor dicho, ignorar las normas básicas de comportamiento social en la vida diaria (aunque seguro que lo último y la corrupción están estrechamente vinculados).

Parece que los viajes al extranjero para observar otras naciones, más civilizadas, no ayudan mucho. Tengo que confesar que no soy ninguna excepción. Al vivir en el Occidente varios años no me hice aplicada ni obediente de las leyes de ninguna manera. No es que infrinja las leyes globales, pero si se trata de algo poco importante pero socialmente incorrecto, por ejemplo, ocupar un asiento libre, mejor y más caro en cine o teatro, no pagar a tiempo las facturas, viajar sin pagar el autobús, cruzar la calle con el semáforo en rojo, usar artimañas en negociaciones para no hacer la cola... suelo hacerlo sin muchos remordimientos. 

A mí me parece que la libertad que tenemos mis compatriotas y yo para incumplir las normas es parte de nuestro ADN.

“No tenemos confianza en el Estado y no lo respetamos mucho, es por eso que incluso nos encanta “vencer al sistema”, dijo una de mis mejores amigas, editora de una famosa revista mensual. Esta chica, una de las personas más dignas que conozco, admitió la posibilidad de romper las reglas de vez en cuando, incluso cuando está al volante. “Aun así hay mucho soborno aquí, no se presta atención si se hace algo ligeramente ilegal”, dijo.

A lo mejor el incumplimiento de las reglas está incrustado en nuestra mentalidad. Un amigo mío, con el cual nos reunimos para una cena en Hong Kong se quejó de que no pudo evitar de pagar una importante multa por una insignificante infracción. No intentó sobornar a las autoridades, simplemente trató de “negociar” con ellas, según dijo.

Dura lex sed lex (“la ley es dura, pero es la ley” – parece que esta antigua norma romana prevalece en el Hong Kong de hoy). Pero un amigo mío, jefe de la oficina china de famosa agencia rusa de información, quien lleva más de una década en Asia, no se puso de acuerdo conmigo. “No me harían caso, estos robots desesperados”,  lamentó.

No obstante, en Rusia las cosas están cambiando. Poco a poco nos hacemos no tanto obedientes, pero más civilizados. Con ayuda de crecientes multas y ciertas medidas contra la corrupción, los conductores se comportan mucho mejor en las carreteras, por lo menos en las ciudades grandes. Respetan a los novatos y a los peatones, les dejan pasar (algo inexistente hace unos años). En lugares públicos, aparte de situaciones extremas como las horas punta, somos más relajados y corteses unos con otros. La etiqueta empresarial adquiere mayor importancia. La responsabilidad social aumenta también, lento pero seguro.

Y mientras que nos queda mucho trabajo en esta materia, hay cosas inspiradoras en mis compatriotas. Los rusos podemos ser no muy puntuales y apenas sonreímos a los desconocidos, pero lo haremos todo para una persona que acabamos de conocer. En el transporte público siempre nos levantamos para ceder el asiento a los mayores o mujeres embarazadas, lo que no he observado en el Occidente. Éstos y algunos otros rasgos únicos de nuestro carácter nacional debemos conservarlos.

*Svetlana Kolchik es directora adjunta de la edición rusa de la revista Marie Claire. Se graduó de la Universidad Estatal de Moscú, facultad de Periodismo, y la Universidad de Columbia, Escuela de Estudios Avanzados de Periodismo, colaboró para el diario Argumenti I Fakti en Moscú y el USA Today en Washington, con RussiaProfile.org, ediciones rusas de Vogue, Forbes y otras.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

 

Las mujeres toman la palabra: Podemos comprar el amor con dinero?

Las mujeres toman la palabra: ¿Está muy de moda la política?

Las mujeres toman la palabra: ¿Terminará el mundo en 2012?

Las mujeres toman la palabra: ¿Tenemos que aguantar un servicio asqueroso?

Las mujeres toman la palabra: ¿Por qué nos quejamos?

Las mujeres toman la palabra: ¿Dónde están los hombres?

Las mujeres toman la palabra: Desterrar o destituir a los sultanes de oficina

Las mujeres toman la palabra: ¿En Rusia, el tiempo es dinero?

Las mujeres toman la palabra: Jane Eyre o No sé cómo lo hace

Las mujeres toman la palabra: ¿Quién necesita el matrimonio?

 

Lo último
0
Para participar en la conversación,
inicie sesión o regístrese.
loader
Chats
Заголовок открываемого материала